Antes de adquirir una fuente de voltaje, recomendamos tener en cuenta de qué tipo se trata. Las fuentes reguladas de voltaje cuentan con estabilizadores de la tensión; por lo tanto, son ideales para evitar cortocircuitos y otros problemas relacionados con la subida de la temperatura ambiente y los cambios en el consumo de carga. Por su parte, las fuentes de voltaje variable permiten cambiar manualmente la potencia para ajustarse mejor a sus aplicaciones.
Las fuentes de voltaje son dispositivos que suministran voltaje, es decir, fuerza electromotriz. Asimismo, pueden estabilizar el circuito eléctrico, de modo que este funcione correctamente. Para que esto suceda, los cálculos de la corriente, el voltaje y la resistencia deben ser precisos. Finalmente, para elegir una fuente de voltaje lo más recomendable es comenzar por qué tipo de aplicaciones tendrá.